Cobertura efectiva de los regímenes de seguridad social para los trabajadores domésticos
Los sistemas de seguridad social de los países en desarrollo y emergentes presentan los mayores desafíos en cuanto a la extensión de la cobertura de la seguridad social al trabajo doméstico, tanto desde el punto de vista del reconocimiento del derecho a nivel de la legislación nacional, como de la afiliación efectiva a los programas (cobertura efectiva). Aunque en muchos países la cobertura legal de la seguridad social del trabajo doméstico alcanza el 100 por ciento, en términos efectivos solo una fracción de las trabajadoras domésticas pagan contribuciones a los sistemas de seguridad social.
Los factores que determinan los niveles de cobertura efectiva de la seguridad social de las trabajadoras domésticas son muy variados y complejos, y posiblemente con interacciones entre ellos y con efectos diversos en función del nivel de desarrollo del sistema de protección social de cada país, así como de aspectos institucionales y culturales, entre otros.
A continuación se enumeran una serie de elementos determinantes de la cobertura efectiva de los regímenes de seguridad social para el trabajo doméstico. Es necesario llamar la atención sobre la ausencia de estudios científicos que muestren la significancia relativa de cada uno de estos factores.
- El carácter obligatorio o voluntario de la cobertura legal;
- La capacidad contributiva de los empleadores y trabajadoras;
- El alcance del marco jurídico e institucional relacionado con la capacidad para ejercer el control contributivo, la compulsión y la inspección del cumplimiento;
- La capacidad de negociación del trabajador frente al empleador (la cual está relacionada con el respaldo jurídico y administrativo, el grado de sensibilización sobre derechos, y el acceso a mecanismos eficaces de denuncia, entre otros);
- La facilidad práctica del proceso de inscripción en el seguro social;
- La facilidad para realizar el pago de las cotizaciones;
- La intensidad en el uso de las tecnologías de información (para acercar los servicios a la población y para simplificarlos);
- La cobertura vertical (contingencias cubiertas y nivel de las prestaciones);
- La percepción de la calidad respecto a los servicios y prestaciones de las instituciones de seguridad social;
- El grado de organización y asociatividad de las trabajadoras domésticas, que influye sobre la capacidad para ejercer demandas y logros;
- El nivel de conciencia social (cultura cívica) sobre la importancia de la seguridad social;
- Las diferencias en el tratamiento del trabajo migrante.
Estimaciones de las tasas de cobertura
Es ampliamente reconocido que la buena gobernanza institucional juega un papel fundamental en relación con el logro de mayores niveles de protección social para los grupos de difícil cobertura, siendo este aspecto un tema relevante tratado a lo largo de este informe. El Gráfico muestra información sobre la tasa de cobertura efectiva para 19 países desarrollados y en desarrollo, en cinco regiones, y su relación con el nivel de ingreso del país. Si bien el acceso de datos de cobertura efectiva es muy limitado, los datos disponibles permiten descifrar algunas tendencias o regularidades.
Estimaciones sobre la tasa de cobertura efectiva de la seguridad social para el trabajo doméstico, según nivel de PIB per cápita, para países seleccionados (último año disponible)
Fuente: Departamento de Protección Social de la OIT, Base de datos de trabajo doméstico.
La información del Gráfico 8 evidencia una clara relación positiva entre la tasa de cobertura efectiva, es decir, la cantidad o proporción de trabajadoras domésticas realmente inscritos como cotizantes en los regímenes de seguridad social, y el nivel de PIB per cápita (PPP). Sin embargo, en países con ingreso relativamente bajo, inferior a los 10.000 dólares estadounidenses, dicha relación no es suficientemente clara, lo que refuerza la idea de la existencia de determinantes muy variados.
El Gráfico muestra además una alta dispersión en el nivel de la cobertura alcanzada en países con ingresos entre los 15 y 20 mil dólares anuales, y donde las tasas de cobertura varían desde el 10 por ciento hasta el 40 por ciento. Las diferencias en el nivel de cobertura en países de ingreso similar reflejan diferencias en el nivel de desarrollo en los sistemas de seguridad social, lo que finalmente determina la capacidad para aplicar las estrategias dirigidas al aumento de la cobertura. Cabe resaltar que México y El Salvador son los únicos países, entre los que fueron incluidos en el estudio, que poseen regímenes de protección con afiliación voluntaria, al mismo tiempo que son los países que exhiben las tasas de cobertura efectiva más bajas. No obstante, cabe aclarar que El Salvador incorporó el régimen de protección voluntario solo a partir del año 2010, a través del Régimen Especial de Salud y Maternidad de los Trabajadores del Servicio Doméstico.
Otra conclusión que se puede derivar del gráfico, aún cuando la representación estadística es limitada, es que países desarrollados con un nivel similar de PIB per cápita, como Italia y España, muestran no solo una tasa de cobertura efectiva limitada, bastante lejana del cien por ciento, sino también diferencias muy notables en la cobertura: 42 por ciento en Italia (similar a países en desarrollo como Ecuador, Uruguay y Chile) y 68.5 por ciento en España. Como información complementaria, es destacable que este último país posee una elevada participación de trabajadoras domésticas provenientes de América Latina, mientras que en Italia el flujo migratorio proviene principalmente de países del Mediterráneo.